viernes, 24 de junio de 2011

Yo no hago las cosas a tu manera, ¿sabes? Yo no soy como tú.


Me hiciste de todo. Si alguien tiene razones para odiarte, esa soy yo.
Me utilizaste, me engañaste, me convertiste en el perrito que va a tus pies.
Me destruiste y me volviste a crear desde la nada a tu gusto.
Que si me tiene que gustar ésto, que si tengo que odiar a la otra...
Poco a poco, conseguiste mi confianza, y cuando alguna pieza de suma importancia en tu lista de verdaderas amigas se torcía tenías la seguridad de tener a una tonta dispuesta a mancharse las manos por ti.
Ésa, era yo.
Ésa tonta que no pensaba por si misma, esa tonta que ahora has decidido perder porque ya otra ocupa su lugar.
¿Para qué tener dos? Te quedas con la mejor y ya está.
Y en ese momento, fuese por lo que fuese, decidiste que yo era basura, y me tiraste como a unas cáscaras de pipas.
¿Que tendría que hacer yo? Y yo qué sé.
Contigo, no se lo que hacer.
Yo no hago las cosas a tu manera, ¿sabes?
Yo no soy como tú.
Yo sé el significado de perdonar, comprender, y volver a perdonar.
Por eso, pretendo olvidarlo todo. Que te odio, que me odias, que me utilizaste, que me mentiste...; todo.
Pero para eso tienes que poner de tu parte. Si no, no podré.
Porque sé que para ti... soy un pez. Un pececito, insignificante, bobo, sin sentimientos.
Si ese pez se muere da igual, se compra otro mejor.
Y no te sobra con matar al pececito, no. Tienes que despedazarlo a picotazos para quedar satisfecha.
Yo no hago las cosas a tu manera, ¿sabes?
Yo no soy como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario